“La esencia se expresa en la gramática” (Wittgenstein. Investigaciones Filosóficas)
“Como ocurre con todo lo metafísico, la armonía entre el pensamiento y la realidad ha de encontrarse en la gramática del lenguaje” (Wittgenstein. Zettel)
“La gramática es la lógica del lenguaje” (Don Cruse)
“La gramática es autónoma” (Wittgenstein. Gramática Filosófica)
Gramática Filosófica
La gramática es un área de la lingüística que estudia la estructura de las oraciones de una lengua. La gramática es el resultado de organizar y regularizar las combinaciones de la diversidad de las palabras de una lengua, con el objeto de hacer inteligible el fenómeno lingüístico. La gramática permite detectar la simplicidad oculta tras la aparente complejidad. El objetivo de la gramática es descubrir las leyes que rigen a las lenguas particulares, así como las posibles leyes universales que rigen a todas las lenguas del mundo.
Hay que distinguir entre filosofía de la gramática y la gramática filosófica:
La filosofía de la gramática busca aspectos, interpretaciones o principios filosóficos de la gramática previamente analizada de un lenguaje. Es un enfoque a posteriori y ascendente: desde lo superficial a lo profundo.
La gramática filosófica es una gramática construida a partir de principios filosóficos; es un enfoque opuesto, a priori y descendente: desde lo profundo a lo superficial.
También hay que diferenciar entre gramática universal y gramática filosófica:
La gramática universal se refiere a la hipótesis de una gramática subyacente a todos los lenguajes naturales. La existencia de esta gramática explicaría por qué los niños aprenden cualquier lengua sin dificultad.
La gramática filosófica es la gramática profunda de la realidad y que se manifiesta universalmente en todos los niveles de la realidad.
Si la gramática de una lengua hace inteligible su estructura y la gramática universal hace inteligible la estructura de todas las lenguas, la gramática filosófica hace inteligible toda la realidad interna (psíquica) y externa (física) mediante las categorías filosóficas, las categorías primarias de la realidad, que serían también universales lingüísticos. Una gramática filosófica sería un lenguaje universal para la ciencia, una “teoría de todo” y una teoría de la conciencia. Esta gramática sería forzosamente simple, abstracta y de tipo matemático.
La expresión “gramática filosófica” se ha empleado históricamente como sinónimo de gramática general, esencial, pura o universal. Una gramática que trasciende las gramáticas particulares de los lenguajes naturales.
De todas formas, en la práctica, la frontera entre gramática filosófica y gramática universal se vuelve difusa porque el lenguaje implica filosofía y porque en los principios filosóficos está implicado el lenguaje. Lenguaje y filosofía están estrechamente relacionados.
Evolución histórica
Los antiguos griegos.
La búsqueda de una gramática universal es una constante a lo largo de la historia, pero los primeros planteamientos sobre la estructura del lenguaje se remontan a Platón y Aristóteles. Platón por utilizar un planteamiento descendente: todo, incluido el lenguaje, deriva del mundo superior de las formas; los lenguajes humanos imperfectos derivan de un lenguaje superior, perfecto, ideal, universal y a priori. Por lo tanto, se deduce que implícitamente Platón creía en una gramática universal. Aristóteles, en cambio utilizó un enfoque ascendente, pues analizó el lenguaje para derivar las categorías filosóficas, los principios fundamentales de la realidad, aunque no contempló una gramática universal construida a partir de las categorías.
Roger Bacon.
Bacon fue un filósofo, científico y teólogo escolástico inglés de la orden franciscana, conocido como “Doctor Mirabilis”, que puso enfásis en el empirismo como medio para adquirir conocimiento sobre el mundo. Fue uno de los primeros pensadores que propusieron el método científico.
Bacon fue el primero en postular la existencia de una gramática universal. “Grammatica una et eadem est secundum substantiam in omnibus linguis, licet accidentaliter varietur”: En sustancia, la gramática es una y la misma en todos los lenguajes, aunque pueden variar en lo accidental (es decir, en lo no esencial). Decía que el que entiende una lengua, entiende la gramática de cualquier otra lengua.
El Renacimiento.
El Renacimiento fue un movimiento cultural que se produjo en Europa durante los siglos XV y XVI, un periodo de transición entre la Edad Media y el mundo moderno. Se caracterizó por las ideas del humanismo, una nueva conciencia integradora y una visión del hombre y el mundo menos dogmática.
En este periodo surge la idea de establecer un lenguaje universal que reemplazaría a los lenguajes naturales. Se basaba en la idea de la unidad fundamental de la mente humana, lo que daría lugar a la unidad de la ciencia y a la creación de un lenguaje filosófico y científico, con una nueva lógica más flexible, y que uniría a todos los pensadores, unión condensada en la expresión “república de las letras”.
Descartes y el lenguaje universal.
Descartes, en una carta a Mersenne en Noviembre de 1629, se muestra favorable a la invención de un lenguaje universal que unificara la expresión del pensamiento y del conocimiento. Esta idea tenía un sentido filosófico.
Según Descartes, había que utilizar una estrategia que denominó “principio de composición” o “de lo simple a lo complejo”. La filosofía consistía en sacar a la luz unos conceptos simples (a los que se les asignarían signos) y de los que se derivarían todos los demás conceptos. Esos conceptos simples y sus combinaciones configurarían un lenguaje universal.
Este principio de composición inspiró a George Dalgarno para elaborar su “Ars Signorum” (1661), un proyecto de lengua sintética o de semántica universal. Se trataba de buscar un conjunto de primitivas conceptuales que permitiría expresar la semántica de todas las lenguas. Dalgarno, a su vez, inspiró a Leibniz en su idea de Characteristica Universalis.
Leibniz y su Characteristica Universalis.
Leibniz concibió la idea de una Characteristica Universalis como una especie de alfabeto del pensamiento humano, capaz de expresar por combinatoria todo tipo de pensamientos. Incluiría un “calculus ratiocinator”, un álgebra basado en símbolos para el racionamiento humano.
La Characteristica se basaría en unos conceptos simples, elementales o categorías. Cada uno de estos conceptos estaría representado por un signo. Un concepto derivado estaría representado por combinaciones de estos signos, con un sistema análogo al de los números compuestos a partir de los números primos.
De esta forma, la Characteristica sería un lenguaje extremadamente simple de aprender y recordar porque descansaría sobre un alfabeto lógico capaz de ser reconocido directamente, sin necesidad de diccionario. Leibniz concibió un genuino lenguaje filosófico basado en símbolos y en combinaciones de estos símbolos.
La escuela de Port-Royal.
La primera teoría general de la estructura lingüística surgió en el siglo XVII en la escuela de Port-Royal, como manifestación de la filosofía racionalista imperante en esa época. Esta teoría se conoció como “gramática filosófica” o “universal”. La obra “Gramática General y Razonada” (1660) −basada en el griego, latín y hebreo, las lenguas consideradas más antiguas, y fruto de la colaboración del filósofo Antoine Arnauld y del lingüista Claude Lancelot− presentaba la idea de una sola gramática general o universal aplicable a todas las lenguas, una gramática general que se manifestaba en las gramáticas particulares de las lenguas humanas. Por lo tanto, la gramática de una lengua particular es un sistema de reglas finito expresadas mediante la gramática universal.
La gramática de Port-Royal y su gramática universal tiene dos antecedentes: 1) la tradición humanista heredada del Renacimiento, que fija su interés en las gramáticas del mundo clásico; 2) la tradición medieval, que se preocupaba de en elaborar una gramática especulativa y filosófica.
La gramática filosófica establecía la representación del lenguaje como un sistema de signos, en el que el signo es una relación, un intermediario o conector entre significante y significado. Esta gramática gozó de gran popularidad durante los siglos XVII y XVIII.
Wilhelm von Humboldt.
En su obra póstuma “Sobre el lenguaje, Sobre la diversidad de la estructura del lenguaje humano y su influencia en el desarrollo mental de la especie humana” (1836) retoma la idea de estructura interna universal y estructuras externas de la Gramática General y Razonada.
Humboldt resalta dos ideas: 1) la lengua refleja una visión del mundo; 2) la lengua es un sistema de procesos generativos: un conjunto finito de reglas universales genera potencialmente una pluralidad infinita de estructuras particulares, todas relacionadas entre sí, no de una manera directa, sino a través de esas reglas universales.
Desde Port-Royal a Humboldt había un objetivo común: encontrar en la pluralidad de las lenguas unos principios unificadores que revelasen características cognoscitivas fundamentales de la mente humana.
La gramática a priori o universal de Kant.
Para Kant, todo sucede conforme a reglas, aunque a veces las desconozcamos. La totalidad de los fenómenos de la naturaleza está regida por reglas, incluyendo el ejercicio de nuestras capacidades. Seguimos estas reglas de manera inconsciente. Por ejemplo, se puede hablar una lengua sin conocer su gramática.
Para Kant, existe también una gramática universal, pura, a priori, que es la forma de una lengua en general. Esta gramática se basa en conceptos universales o trascendentales. La filosofía trascendental es la ciencia de los conceptos universales o trascendentales a priori.
Para Kant, hay que dejar de lado todo conocimiento procedente del mundo exterior y reflexionar únicamente en la forma de todas las lenguas. Estas reglas universales y necesarias del pensar y se refieren únicamente a la forma del pensamiento, sin contenido alguno. Esto recuerda a los arquetipos junguianos, que son formas sin contenido. Las reglas serían los principios. La lógica sería la estructura de las reglas.
Kant indicó el posible paralelismo entre la investigación de las categorías filosóficas y la investigación de la gramática universal.
Comparativismo.
El comparativismo o lingüística comparativa, que surge en el siglo XIX, abandona la tradición filosófica e intentará adquirir el rango de científica, imitando las ciencias naturales. Pretendía establecer una metodología de estudio sistemático sobre las diversas familias de lenguajes. El objetivo de la lingüística es ser una ciencia de leyes. Auguste Comte, el creador del positivismo, clasificó las ciencias en abstractas o primarias (las que descubren leyes sobre los hechos) y concretas o secundarias (que son solo descriptivas). La lingüística comparativa buscaba leyes.
Estructuralismo.
En el siglo XX aparece el estructuralismo lingüístico, cuyos principal representante es Ferdinand de Saussure. Su “Curso de Gramática General” (1916) puso los pilares de la ciencia lingüística. Saussure es considerado el padre de la lingüística.
El estructuralismo lingüístico estudia los aspectos generales o universales que aparecen en todas las lenguas. El estructuralismo buscaba una lingüística autónoma, con explicaciones que solo procediesen de su propio campo. En “Curso de Lingüística General” de Saussure, se afirma que “la lingüística tiene por único y verdadero objeto la lengua considerada en sí misma”. Aparece entonces un constructo teórico, la lengua, concebida como un sistema de signos.
Saussure llegó a la conclusión de que debía existir un sistema abstracto a partir del cual todo hablante de una lengua podía producir oraciones con significado. Por lo tanto, la lingüística debía ocuparse del estudio del sistema abstracto del lenguaje.
Saussure formuló una serie de dicotomías:
Lengua y habla. La lengua es un producto sociocultural humano. El habla es el uso o práctica de la lengua como actividad comunicativa.
Lenguaje y lengua. El lenguaje es general. La lengua es particular (español, inglés, etc.).
Significante y significado. El lenguaje es un sistema de signos interrelacionados. El signo conecta significante (el aspecto superficial) y significado (el concepto). El signo es arbitrario, lineal y discreto. El valor de un signo es función de sus relaciones con los demás signos. La lingüística es una ciencia de signos, por lo que pertenece a la semiología, la ciencia de los signos.
Sustancia y forma. La sustancia (sonidos, referentes, etc.) no forma parte de la lingüística. La lengua es forma y no sustancia (esto está inspirado en Aristóteles).
Relaciones paradigmáticas y sintagmáticas. Las primeras definen el valor de un signo por lo que es y lo que no es. Las segundas re refieren a las posibilidades combinatorias de los signos.
Sincronía y diacronía. El enfoque sincrónico es el estudio de una lengua en en un momento determinado de la historia. El enfoque diacrónico estudia la historia de la lengua y su evolución.
Lingüística interna y externa. La lingüística interna es de tipo científico; la lengua es una entidad teórica que debe estudiarse como estructura inmanente; todas las lenguas a nivel interno son iguales. La lingüística externa se centra en el contexto donde vive la lengua; la lengua como institución social. La lingüística interna es la más importante, pues se estudia la estructura y funcionamiento del lenguaje, La lingüística externa solo viene a añadir información contextual.
El estructuralismo americano.
Sus representantes principales son Edward Sapir y Leonard Bloomfield. El iniciador de esta corriente fue Sapir, que es considerado un estructuralista implícito. Con su obra “Language” (1921), adopta una posición mentalista y concede gran importancia a los aspectos culturales del lenguaje.
Bloomfield es el representante del estructuralismo explícito con su obra “Languages” (1933). La lingüística la considera desde un punto de vista objetivo, inmanente, positivista, empírico, conductista y mecanicista. Se base en los hechos observables de la lengua. Ignora los procesos mentales y el significado por no ser observables físicamente. Las formas superficiales son los únicos objetos de investigación lingüística.
El positivismo.
En el siglo XIX surge la lingüística como una ciencia plenamente autónoma, desligada de todo lo extralingüístico, cerrándose en si misma y con un concepto puramente formal de la gramática. Fue el positivismo lingüístico. Este movimiento solo consideraba la lógica del lenguaje y rechazaba la filosofía del lenguaje y la gramática filosófica por considerarlas acientíficas. Según Carnap −uno de sus máximos proponentes−, se trataba de eliminar la metafísica mediante el análisis lógico del lenguaje.
El objetivo fundamental era definir el conocimiento mediante el análisis lógico del lenguaje. Toda afirmación portadora de conocimiento tenía que ser una afirmación sobre la realidad. El significado de una proposición debía reflejar o representar la estructura de un hecho.
La lógica filosófica de Frege.
Frege fue el fundador de la filosofía analítica. Su proyecto era la construcción de una herramienta para expresar de forma precisa el conocimiento matemático y el lenguaje natural mediante unos principios lógicos fundamentales. Con Frege comienza la corriente logicista de la matemática: la matemática fundamentada exclusivamente en la lógica.
Para Frege, la lógica filosófica era la filosofía primera, la ciencia del pensamiento y de la verdad. La lógica filosófica, ligada al análisis gramatical, se convirtió en una teoría o filosofía del lenguaje. Según Michael Dummett [1972], Frege tuvo gran importancia en el proyecto de construir una gramática filosófica.
La gramática matemática de Russell.
Según Russell, “El estudio de la gramática es capaz de arrojar más luz sobre cuestiones filosóficas que lo que comúnmente suponen los filósofos” (Principios de Matemáticas).
Russell, siguiendo a Frege, se centró en el análisis de las oraciones del lenguaje para intentar descubrir las categorías lógicas subyacentes de las formas gramaticales. Para Russell, el lenguaje y la realidad tienen la misma estructura, la misma forma lógica.
Russell abogó por una gramática filosófica para clarificar el lenguaje y eliminar ambigüedades y paradojas lógicas. Buscó un lenguaje perfecto, ideal, lógico que fundamentara la matemática. Es la corriente logicista de la matemática que comenzó con Frege. Russell identificaba la verdad matemática con la verdad lógica.
Russell trató de crear una lógica al estilo matemático, con una gramática lógica y filosófica. La encontró en la lógica matemática. La lógica matemática sería el lenguaje perfecto. También sería una herramienta ideal para la argumentación filosófica para evitar errores metafísicos. “Creo que la casi totalidad de la metafísica tradicional está llena de errores debidos a una mala gramática” (La filosofía del atomismo lógico).
Russell buscó proposiciones atómicas que designasen hechos atómicos. Las demás proposiciones serían moleculares. Russell, como Frege, buscaba un lenguaje que alcanzase la perfección lógica. Se basó en el concepto de “atomismo lógico”, un tema que lo caracterizó como “gramática filosófica”.
La gramática lógica pura de Husserl.
Para Husserl no se puede separar gramática y filosofía. La “esencia ideal” del lenguaje subyacente a las diversas lenguas exige una gramática pura, apriorística y universal. Una gramática lógica complementaria a la gramática sintáctica o superficial.
Husserl emplea la expresión “gramática lógica pura” como algo análogo a “la ciencia pura de la naturaleza” de Kant. Husserl inscribe su investigación en la tradición de la gramática universal que concibió el racionalismo lingüístico de los siglos XVII y XVIII.
La gramática lógica pura tiene como objeto el dominio del significado. Husserl buscaba unas categorías esenciales de significado, unas categorías sujetas bajo leyes a priori y que se combinasen para crear nuevos significados. Las leyes que combinaban significados son también leyes a priori.
Wittgenstein: de la lógica a la gramática.
Para el primer Wittgenstein (el del Tractatus), la lógica es el fundamento del lenguaje y de la realidad. La lógica subyacente tras el lenguaje es la lógica de la realidad.
Para el segundo Wittgenstein (el de "Investigaciones Filosóficas"), la gramática juega el papel central que jugaba la lógica en el primer Wittgenstein. La lógica deja paso a la filosofía entendida como gramática. La lógica es un juego del lenguaje. Su necesidad y objetividad se deriva del carácter gramatical de sus enunciados.
“La lógica es el estudio de todo lo sujeto a reglas, y las reglas para usar el lenguaje se llama ‘gramática’”. Como la gramática son reglas, la afirmación de Wittgenstein se puede leer como “La lógica es el estudio de las reglas de todo lo que está sujeto a reglas”, es decir la lógica como meta-reglas.
Gramática funcional. El funcionalismo del círculo de Praga.
La gramática funcional es una escuela del estructuralismo lingüístico. Este movimiento concibe la lengua como un sistema de medios de expresión orientado a un fin. El análisis lingüístico hay que hacerlo desde el punto de vista funcional. Los universales lingüísticos son de naturaleza funcional. Se orientó especialmente en el campo de la fonología. La fonología es la ciencia de los sonidos de las lengua. Se opone a la fonética, la ciencia de los sonidos del habla.
La gramática generativa de Noam Chomsky.
Chomsky es considerado el gran renovador de la lingüística y el creador de la lingüística moderna. Su gramática generativa es continuadora de la concepción tradicional de gramática universal de la escuela de Port-Royal. En su obra “Lingüística Cartesiana” (1965) se propone como objetivo la búsqueda de las estructuras y de los procesos mentales implicados en el lenguaje. Es por ello que su teoría se la ha calificado de mentalista.
Chomsky se inspiró también en Humboldt al considerar la lengua como sistema de procesos generativos: la lengua de infinitas oraciones construida con un número finito de reglas. Generaliza así la gramática estructuralista que era solo descriptiva.
Con la expresión “lingüística cartesiana”, Chomsky se refiere a una concepción lingüística en la tradición racionalista de la gramática universal o filosófica de la escuela de Port-Royal, así como en la filosofía racionalista de la mente. No se refiere a las tesis filosóficas de Descartes, pues el filósofo francés dedicó poca atención a la lengua, sino a una visión racionalista y rigurosamente científica del lenguaje.
En su obra “Estructuras Sintácticas” (1957), Chomsky introduce su gramática generativa, que permite formalizar o matematizar la lingüística mediante elementos abstractos. Este hecho hace que se considere que la lingüística nace como verdadera ciencia con Chomsky.
La revolución de Chomsky descansa esencialmente sobre la base de que la estructura gramatical de una lengua, es decir, el conjunto infinito de frases, es computable (en el sentido de Turing) por derivación, es decir, cada frase es representable por una serie de estructuras jerárquicas.
Según Chomsky, existe una gramática universal; la capacidad lingüística es innata y autónoma respecto de las otras capacidades cognitivas; existe un “órgano lingüístico” en la mente/cerebro.
La mayoría de los lingüistas aceptan la idea de la gramática universal, aunque Geoffrey Sampson [2005] considera esa hipótesis como acientífica por no ser falsable.
Chomsky ha reformulado su teoría varias veces, desde Estructuras Sintácticas (1957) hasta su teoría de Principios y Parámetros (P&P) en 1986, con su Programa Minimalista (PM). Los principios se presentan como como los modelos cognitivos básicos para la adquisición de las lenguas. Los parámetros como la información vinculada a una lengua particular. Con P&P pretende superar el conflicto entre la descripción de una lengua y su adquisición. El PM es un programa de investigación orientado a la búsqueda de una gramática con los mínimos recursos cognitivos. Según Chomsky, la gramática universal debe ser extremadamente simple y abstracta, basada en combinaciones de símbolos.
La concepción de Chomsky respecto a la estructura lingüista ha ido variando con el tiempo. En los años 1950s y 1960s desarrolló el concepto de que cada oración tiene dos niveles: una estructura profunda o D-Structure (que contiene la información semántica) y una estructura superficial o S-Structure (la estructura fonológica). Chomsky pensó que debería haber propiedades comunes en las estructuras profundas de las distintas lenguas, ocultas bajo la estructura superficial.
En los años 1980s. Chomsky propuso distinguir entre I-Language (el lenguaje interno o mental) y E-Language (el lenguaje externo, manifestación del lenguaje interno). Desde esta perspectiva, la lingüística sería una rama de la psicología.
La gramática universal de Montague.
En 1970, Richard Montague desarrolló una “Gramática Universal”. Este título no debe interpretarse como la gramática subyacente a los lenguajes naturales. Tampoco indica que se alinease con la hipótesis innatista de Chosmky. El objetivo de Montague era desarrollar una sintaxis y una semántica universales.
La tesis de Richard Montague [1970] es que entre los lenguajes naturales (como el inglés) y los lenguajes formales (como los lenguajes de programación) no hay diferencias teóricas importantes, por lo que es posible formalizar la sintaxis y la semántica de ambos tipos de lenguajes mediante una misma teoría general y dentro de un mismo marco matemático de forma rigurorosa y precisa.
La gramática de Montague es bastante compleja y requiere mucho tiempo para entenderla completamente. Técnicamente se apoya en la lógica formal (especialmente la lógica de predicados de orden superior), el cálculo lambda y la lógica intensional.
Gramática cognitiva.
La lingüística cognitiva −que surgió al amparo de la disciplina científica conocida como “ciencia cognitiva”− estudia cómo la lengua refleja el funcionamiento de la mente, y ve el lenguaje integrado con las otras funciones cognitivas.
La lingüística cognitiva nació con la obra de George Lakoff “Mujeres, Fuego y Cosas Peligrosas”, un enfoque transdisciplinario, holístico o gestáltico del lenguaje y la cognición. Considerada inicialmente como una propuesta difusa por los lingüistas, actualmente la lingüística cognitiva es un paradigma aceptado por todo el mundo. Muestra de ello es la existencia de la Asociación Internacional de Lingüística Cognitiva, que organiza bianualmente un congreso sobre el tema desde 1989. También hay editoriales que dedican series de obras sobre este tema.
La gramática cognitiva es un desarrollo de Ronald Langecker [2008]. Considera que las estructuras lingüísticas están originadas por procesos cognitivos generales. Las unidades básicas del lenguaje son símbolos de parejas entre estructuras semánticas y fonológicas. La gramática consiste en restricciones combinatorias de estas unidades. Los aspectos semánticos son modelados como esquemas de imágenes.
La Gramática Filosófica de Wittgenstein
“Gramática Filósofica” es el título de un libro de Wittgenstein escrito durante los años 1931 a 1935, la llamada “época intermedia” (antes de escribir “El Libro Azul”) y publicado póstumamente en 1969. Es la más extensa de las obras de Wittgenstein. La primera edición alemán-inglés se debe a Rush Rhees, quien se basó en un extenso manuscrito de alrededor de 800 páginas, en el que aparecía entre paréntesis el siguiente comentario: “Mi libro podría llamarse también ‘Gramática Filosófica’”.
La Gramática Filosófica de Wittgenstein es una reelaboración profunda del capítulo dedicado a la gramática en su obra “The Big Typescript”. El libro está organizado como una colección de párrafos con poca o nula relación entre ellos. Son reflexiones que admiten diversas interpretaciones. Aunque sus ideas son próximas a "Investigaciones Filosóficas", es una obra independiente y que pretende cubrir un campo nuevo.
El libro está divido en dos partes: 1) La proposición y sus sentidos; 2) Sobre la lógica y las matemáticas.
Primera parte: Sobre la proposición y sus sentidos
Consta de 10 secciones. Las 6 primeras secciones están dedicada a lo que significa comprender un lenguaje, especialmente lo que significa comprender una proposición. Las otras 4 secciones se refieren a la relación entre lenguaje y realidad.
Para Wittgenstein, la gramática de un lenguaje tiene muchos aspectos:
Es fundamento.
La gramática es el fundamento y esencia de un lenguaje que proporciona una visión general de las características del lenguaje. “La esencia se expresa en la gramática” (Investigaciones Filosóficas).
Es descripción.
“La gramática no explica, sino describe el uso de las palabras”.
“La gramática no dice cómo tiene que estar construido el lenguaje […], Solo describe el uso de los signos, pero no lo explica en modo alguno” (Investigaciones Filosóficas”).
Es arbitraria y autónoma.
Así como las reglas del juego son arbitrarias, también son arbitrarias las reglas de la gramática. “Las reglas de la gramática son arbitrarias, en el mismo sentido en que lo es la elección de una unidad de medida … la elección es independiente de la longitud de los objetos a medir”.
Es filosofía.
“Los hombres están profundamente embrollados en cuestiones filosóficas, es decir, gramaticales. Toda una nube de filosofía se condensa en una gota de gramática”. La aclaración o la disolución de los problemas filosóficos depende de un adecuado análisis gramatical. Resolver un problema filosófico consiste en hacer ver que la expresión bajo el cual se formula no tiene sentido.
En el Tractatus, Wittgenstein buscaba un lenguaje ideal basado en unos principios universales, metafísicos, a priori, ocultos tras las formas lingüísticas superficiales. Había armonía y concordancia entre lenguaje, pensamiento y realidad porque compartían la misma estructura.
En "Investigaciones Filosóficas", Wittgenstein afirma que filosofía y gramática son ambas de carácter descriptivo.
Es combinatoria.
La gramática es un conjunto de reglas que establecen cómo pueden combinarse los signos para formar las proposiciones o expresiones del lenguaje. La gramática describe la estructura del lenguaje.
“Como ocurre con todo lo metafísico, la armonía entre el pensamiento y la realidad ha de encontrarse en la gramática del lenguaje” (Zettel).
No tiene relación con la realidad.
La gramática nunca entra en conflicto con la realidad. Las reglas gramaticales no son responsables de lo que sucede en la realidad. Lo real es independiente de la gramática. La gramática dice qué clase de objetos hay, pero no dice que haya objetos cuya existencia supone.
La gramática determina lo que es posible. Depende enteramente de nuestra gramática a qué puede llamarse posible y a qué no.
“La gramática no tiene que rendirle cuentas a ninguna realidad. Las reglas gramaticales determinan (o constituyen) el significado y, de esta manera, no son responsables de ningún significado, siendo también en esa medida, arbitrarias” (Gramática Filosófica). Por lo tanto, las reglas de la gramática no son verdaderas ni falsas.
Describir una regla gramatical no es semejante a describir un hecho físico.
La regla no es una proposición empírica.
Las reglas gramaticales son comparables a las reglas de la geometría. Una descripción de la geometría del cubo es en realidad un análisis del concepto de cubo.
El lenguaje hay que estudiarlo como si fuera un juego que sigue unas reglas determinadas.
La delimitación de un lenguaje se hace mediante las reglas gramaticales.
Es superficial y profunda.
Hay que distinguir entre “gramática superficial” y “gramática profunda”. En el uso de las palabras están implicadas las dos gramáticas. La clave para distinguir las expresiones con sentido y sin sentido reside en la diferencia entre gramática superficial y gramática profunda. La gramática superficial proporciona homogeneidad de representación. La gramática profunda es la que pone en evidencia lo que no tiene sentido.
Las gramáticas superficial y profunda conectan sintaxis y semántica, respectivamente. La estructura de la gramática no tiene fundamento lógico.
Son signos.
Hay que distinguir entre signos primarios (gestos ostensivos: señalar) y secundarios (palabras). La definición ostensiva de las palabras es parte de la gramática.
Las explicaciones de los signos no constituyen la fundamentación del lenguaje. Los signos son superficiales y arbitrarios.
Es significado.
El significado de una palabra se expresa en parte en cómo puede ser usada con otras palabras. Por ejemplo, la palabra “manzana” se puede usar con palabras como verde, amarilla, grande pequeña, etc., pero no con plana, aguda, musical, etc.
La ubicación de una palabra en la gramática es su significado.
Una proposición es una unidad de comprensión. Es una unidad no descomponible. Es como el salto del caballo en el juego del ajedrez, en el que no cabe medio salto.
La comprensión es algo unitario y es lo importante y no los procesos psíquicos asociados en la experiencia de la comprensión.
Todo lo que es susceptible debe ser entendido puede considerarse una proposición.
La gramática determina el significado de la proposición.
Entender una proposición es del mismo tipo que el seguir una orden.
Wittgenstein aceptó el principio del contexto, un principio que introdujo Frege en “Los Fundamentos de la Aritmética”: una palabra solo tiene sentido en el contexto de una proposición.
Segunda parte: Sobre la lógica y las matemáticas
Wittgenstein trató de conectar la lógica y la matemática con el concepto general de proposición:
Gramática.
Los enunciados matemáticos son enunciados gramaticales. La matemática es una parte integral de la gramática del lenguaje.
Fundamentación.
La fundamentación de la matemática es la descripción de la matemática. Es la posesión de la capacidad y el conocimiento requerido para trabajar con la matemática. Por ejemplo, saber cómo calcular es conocer los fundamentos del cálculo.
“La aritmética es su propia aplicación. El sistema de cálculo es su propia aplicación”.
“El cálculo es solo una consideración de formas lógicas, de estructuras y de sí mismo, y por sí mismo no puede producir nada nuevo”.
Visión global.
Es necesario tener una visión de “ojo de pájaro” de la matemática como un todo. Esa visión global debemos tenerla siempre presente.
Wittgenstein hace referencia al principio holístico, que hace referencia a “todas las reglas”. Las proposiciones son entidades holísticas, pues funcionan como un todo. Un cambio de significado produce cambios en la totalidad del lenguaje. Hay que dominar todas las reglas del ajedrez para jugar al ajedrez. Es la tesis holista de las reglas.
Demostración.
No podemos demostrar los axiomas porque son las reglas del juego. Por ejemplo, no podemos demostrar la igualdad A=A, pero la usamos para inferir que “4=4”.
Toda demostración requiere un fundamento. El fundamento es la base de toda demostración.
Una proposición es demostrable si puede calcularse.
Definiciones.
Las definiciones juegan un papel esencial en matemáticas.
Comentarios sobre la gramática filosófica de Wittgenstein
El pensamiento de Wittgenstein en su obra “Gramática Filosófica” está poco estructurado y sistematizado. Son ideas sueltas, sin sistema.
Principios.
Las reflexiones de Wittgenstein no constituyen una exposición sistemática fundamentada en principios. Solo argumenta frente a determinados planteamientos.
Wittgenstein no establece unos principios fundamentales que fundamenten la gramática y la matemática. No hay una gramática en la matemática. Wittgenstein no llegó a conectar claramente gramática y matemática.
Wittgenstein hace filosofía del lenguaje y de la gramática, pero no se plantea una gramática ideal con fundamentos filosóficos. También hace filosofía de la matemática, pero no se plantea una matemática con fundamentos filosóficos.
Sobre la autonomía de la gramática.
Nada hay autónomo. Todo se fundamenta en los arquetipos primarios. Por eso la lingüista Anna Wierzbicka [1996] afirma que “todo es semántica”, porque todo deriva de una semántica primaria o universal.
En conclusión, todo parece indicar que Wittgenstein buscó una gramática filosófica, pero no la encontró.
MENTAL, una Gramática Filosófica
Gramática filosófica vs. Ciencia lingüística
Según Aristóteles, la ciencia –a la que identificaba con la filosofía– es la teoría de las causas y sus principios. Por lo tanto, la lingüística será ciencia en la medida en que busque esos principios. Pero esta tarea de búsqueda es filosófica. Por lo tanto, según este razonamiento, ciencia y filosofía serían lo mismo.
Históricamente hay dos corrientes enfrentadas: la gramática filosófica y la ciencia lingüística. La primera es una visión profunda del lenguaje. La otra (como toda ciencia) es una visión superficial, pues solo considera los aspectos puramente formales. Es la forma frente a la sustancia. Entre lingüística y filosofía se sitúa la teoría del lenguaje, que estudia la estructura común y los principios subyacentes de todos los lenguajes naturales.
En la historia de la gramática encontramos también una dialéctica entre gramática general, universal o filosófica (de tipo superior) y una gramática particular, práctica, empírica (de tipo inferior). Ha habido periodos en los que ha predominado la gramática filosófica y otros en los que ha predominado la gramática práctica.
Si se rechaza la filosofía, lo científico ya no reside en lo general o universal, sino en el método. Es el “monismo metodológico” al que acompañan los criterios de ·demarcación” (Karl Popper) y de “cierre categorial” (Gustavo Bueno) para discriminar entre lo científico y lo acientífico (lo acientífico como lo filosófico o metafísico).
La ciencia lingüística estudia lo superficial, los fenómenos lingüísticos, sin un fundamento. Este fundamento tiene que ser de tipo filosófico, profundo.
La ciencia lingüística no pretende descubrir la naturaleza profunda del lenguaje, pues la ciencia es superficial. Todo conocimiento debe estar sustentado por lo profundo, porque si no es un conocimiento ciego, incluso no es conocimiento en absoluto. La ciencia es un reduccionismo en la que la coherencia metodológica es más importante que la verdad.
El campo de la lingüística es quizás el paradigma de la dualidad entre ciencia y filosofía y el campo en el que es también más fácil armonizar estos dos polos.
El dualismo ciencia-filosofía se supera y armoniza con MENTAL porque se fundamenta en principios filosóficos y se manifiesta como ciencia teórica y práctica.
Arquetipos primarios
Es un principio generalmente admitido de que las propiedades generales de la estructura lingüística son comunes a todas las lenguas porque reflejan propiedades fundamentales de la mente. Pero aquí vamos más allá: las propiedades generales de las lenguas son las mismas que las de la mente, la realidad y los mundos posibles porque son manifestaciones de los mismos arquetipos primarios, que son universales y a priori.
Con la filosofía de los arquetipos primarios todo es más sencillo, más claro y se comprende mejor. En la simplicidad está la verdad y la conciencia.
El fundamento de la realidad y el lenguaje no es la lógica ni la gramática, sino los arquetipos primarios que constituyen a la vez una gramática universal y un lenguaje universal. Uno de los arquetipos es la lógica, configurada como la primitiva “Condición”.
El paradigma arquetipal es un paradigma universal. Nada hay más profundo.
MENTAL no es un lenguaje natural, pero sus primitivas están presentes en todos los lenguajes naturales porque las primitivas son arquetipos primarios. Los arquetipos primarios constituyen la semántica universal. Son la esencia común de todos los lenguajes naturales y de toda la realidad.
Son los patrones subyacentes (arquetipos) de toda la realidad (física y psíquica). En MENTAL hay correspondencia perfecta entre el lenguaje interno y el externo. Dada una expresión (externa) se deduce su semántica (el lenguaje interno). El lenguaje interno es el lenguaje semántico. El lenguaje externo es el lenguaje formal o sintáctico.
Los arquetipos primarios explican por qué lenguaje, gramática y filosofía están estrechamente relacionados.
Características de MENTAL
Fundamento de la ciencia universal.
En MENTAL convergen la psicología profunda (los arquetipos primarios), la filosofía (las categorías filosóficas), la lingüística (las primitivas semánticas universales) y la ciencia cognitiva (es un modelo o metamodelo de la mente). MENTAL puede aplicarse a la matemática, la informática, la inteligencia artificial, la sistémica, etc. Es el fundamento de la ciencia universal.
Gramática y lenguaje universales.
MENTAL es un lenguaje universal y una gramática universal, abstracta y trascendental con fundamento filosófico. Su semántica lexical es igual a la semántica estructural.
El fundamento de todo no es la gramática, sino los arquetipos primarios, los cuales constituyen una gramática universal y un lenguaje universal. Las gramáticas de los lenguajes particulares se pueden expresar mediante esta gramática universal.
Una gramática implica una restricción de las posibles expresiones del lenguaje. La gramática filosófica de MENTAL no tiene limitaciones, son grados de libertad. Es una gramática de la conciencia. MENTAL es la gramática de todas las gramáticas. Con MENTAL, como gramática universal podemos definir lenguajes específicos mediante gramáticas particulares.
Para definir una gramática formal normalmente se suele acudir al lenguaje matemático y al lenguaje de la lógica formal. Chomsky es el principal ejemplo de este enfoque con su gramática generativa. Pero son modelos que no tienen relación directa con estructuras o procesos cognitivos. En MENTAL, los modelos teóricos se basan en arquetipos primarios, por lo que tienen relación directa con recursos cognitivos. MENTAL utiliza su propia simbología, no prestada de la matemática ni de la lógica formal, pues trasciende estas disciplinas.
El tema de la gramática universal está relacionado con el problema de Wigner (el misterioso poder de la matemática para describir los fenómenos físicos). En ambos casos, la explicación es muy sencilla: porque toda la realidad comparte los arquetipos primarios.
Gramáticas sintáctica y semántica.
La gramática sintáctica y la gramática semántica son dos aspectos de una misma gramática. Equivalen a las gramáticas superficial y semántica, respectivamente, de Wittgenstein. Y equivalen también a los S-Language y I-Language de Chomsky.
Husserl buscaba unas categorías a priori y leyes combinatorias a priori para crear nuevos significados. En MENTAL las leyes combinatorias son las propias primitivas.
La semántica es inexpresable. Solo podemos conectar con los arquetipos primarios para formar expresiones particulares o manifestaciones de estos arquetipos primarios.
Cada vez que usamos una expresión nos estamos conectando con lo profundo, con los arquetipos primarios, con la esencia de todo.
La arbitrariedad de la gramática.
La gramática superficial es arbitraria. Los símbolos son arbitrarios para representar las expresiones de las primitivas, incluso los átomos básicos (dígitos, letras y caracteres especiales).
Lo que no es arbitrario es la gramática profunda, constituida por las primitivas semánticas universales y su combinatoria. Las primitivas son verdades y conceptos necesarios que permiten crear expresiones operativas y descriptivas.
Niveles de generalización lingüística
En lingüística podemos distinguir 5 niveles de generalización y abstracción, donde cada nivel abarca a los anteriores:
La gramática de una lengua particular.
La gramática universal subyacente a todos los lenguajes naturales.
La gramática de todos los lenguajes, naturales y artificiales.
La gramática del lenguaje mental, matemático-cognitivo.
La gramática filosófica.
La gramática postulada por Roger Bacon, los pensadores del Renacimiento y Humboldt son de tipo 2. La gramática propuesta por la escuela de Port-Royal y Saussure son también de tipo 2.
La gramática de Montague es de tipo 3.
Entre los niveles 3 y 4 podemos ubicar la gramática lógica, la de Husserl y la del positivismo.
La gramática de Chomsky es de tipo 4.
Entre los niveles 4 y 5 podemos ubicar la lógica filosófica de Frege, Wittgenstein y Russell.
Las gramáticas postuladas por Kant, Descartes y Leibniz son de tipo 5.
La gramática filosófica de MENTAL
La gramática de MENTAL es de tipo 5, por lo que cubre todos los niveles:
Gramática universal.
MENTAL es la gramática subyacente a todos los lenguajes naturales. La universalidad de MENTAL también se manifiesta en que cubre o armoniza todos los paradigmas lingüísticos, de la misma manera que cubre o armoniza las escuelas fundamentacionales de la matemática, los paradigmas de programación, los modelos de la mente, etc.
La gramática universal implica necesariamente los universales lingüísticos, es decir, las propiedades o características que pueden constatarse en cualquier lenguaje natural. En MENTAL, los universales lingüísticos son las primitivas semánticas universales.
Gramática universal de todos los lenguajes naturales y artificiales.
Es un lenguaje que permite describir cualquier lenguaje (natural o artificial). Es un lenguaje verdaderamente universal, pues es aplicable a todas las ciencias formales (matemática, informática, inteligencia artificial, sistémica, etc.).
MENTAL sigue el espíritu de la gramática universal de Montague, en el sentido de que ambos pretenden una sintaxis y una semántica universales. Solo que MENTAL es una gramática mucho más sencilla y además es un lenguaje universal.
MENTAL permite definir las gramáticas de los lenguajes artificiales. Y, por supuesto, pueden definirse las 4 jerarquías de Chomsky.
Gramática matemático-cognitiva.
MENTAL es una gramática matemática y también un lenguaje matemático teórico-práctico. Es el fundamento de la matemática.
La matemática es la aplicación de los arquetipos primarios, en donde surgen arquetipos de segundo orden (como los números trascendentales).
MENTAL es la gramática universal que busca Chomsky. Es la realización de su filosofía de Principios y Parámetros y la realización de su Programa Minimalista. MENTAL es una gramática minimalista que utiliza el mínimo de recursos cognitivos.
La matemática, tal y como ha sido concebida a lo largo de la historia, no es una gramática filosófica, pues no se basa en principios filosóficos, sino en abstracciones. La matemática no está estructurada como un lenguaje formal. MENTAL aporta un lenguaje filosófico, que es verdaderamente universal y que trasciende a la matemática.
MENTAL es una gramática cognitiva, pues se basa en primitivas semánticas universales. Las categorías lingüísticas son universales y corresponden a categorías cognitivas universales.
En MENTAL está implícitamente la metáfora del ordenador, pues sus primitivas se pueden considerar “instrucciones” de un hipotético “ordenador mental” o “filosófico”. Su capacidad combinatoria no está limitada: su gramática es universal.
Gramática filosófica.
MENTAL es una gramática filosófica y también un lenguaje filosófico. La gramática/lenguaje de MENTAL es filosófica porque las primitivas semánticas universales son categorías filosóficas, además de arquetipos primarios. La tarea de la filosofía es la búsqueda de las categorías primarias sobre las que se fundamenta la realidad, así como estas categorías se relacionan entre sí.
La existencia de una gramática filosófica es una consecuencia del principio de causalidad descendente. “La realidad no puede encontrarse excepto en Una sola fuente, a causa de la interconexión de todas las cosas entre sí” (Leibniz).
La gramática de MENTAL es el fundamento (la Carta Magna) de los mundos posibles.
Los arquetipos primarios son el fundamento de todo: lo que existe y lo posible. Lo posible también existe pero en otro nivel de realidad. MENTAL es el lenguaje subyacente a todos los mundos posibles. MENTAL es un lenguaje universal, válido para el mundo físico real y los mundos posibles.
MENTAL es la gramática filosófica postulada por Kant, Descartes y Leibniz.
Adenda
Gramática filosófica y lenguaje universal
Una gramática filosófica implica necesariamente la existencia de un lenguaje universal, filosófico o ideal. Esta idea del lenguaje universal se interpreta de diferentes maneras en diferentes contextos:
Un lenguaje común subyacente (más o menos inconsciente) que existe tras los lenguajes particulares.
Un lenguaje auxiliar internacional para la comunicación humana, cuya versión moderna es Interlingua.
El lenguaje adámico o pre-Babel, el hipotético protolenguaje que hablaba Adán y Eva. La confusión de las lenguas descrita en la Biblia de la Torre de Babel, relata la creación de numerosos lenguajes a partir del original adámico.
El lenguaje profundo de la naturaleza compartido por los seres vivientes: el lenguaje verde o lenguaje de los pájaros.
Aportaciones de la teoría de Chomsky
Chomsky ha realizado importantes aportaciones a la informática, a la teoría de autómatas y a la teoría de lenguajes formales. Estas aportaciones han sido claves en: construcción de compiladores y traductores, así como en la especificación formal de lenguajes formales, especialmente en los lenguajes de programación. La llamada “jerarquía de Chomsky” (descrita en 1956) establece 4 niveles de gramáticas formales, de mayor a menor generalización:
Gramáticas de tipo 0. Incluyen a todas las gramáticas formales. Generan lenguajes recursivamente numerables capaces de ser reconocidos por máquinas de Turing.
Gramáticas de tipo 1. Generan lenguajes sensibles al contexto capaces de ser reconocidos por máquinas de Turing deterministas con cinta de memoria acotada en función de la palabra a reconocer.
Gramáticas de tipo 2. Generan lenguajes libres de contexto capaces de ser reconocidos por autómatas con pila de memoria.
Gramáticas de tipo 3. Generan lenguajes regulares capaces de ser reconocidos por autómatas finitos.
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